5.20.2013

Dudas insomnes.

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...y nos dieron las diez y las once, las doce y la una
y las dos y las tres
y desnudos al amanecer nos encontró la luna.
Joaquín Sabina.

Nos toca disfrutar lo que queda de la noche antes de que llegue el sol y le robe el poco de brillo que nos puede brindar. Sólo nos queda sobrevivir al sereno, a la brisa conflictiva que nos brindan las calles con olor a comunismo canino.
A mí sólo me queda disfrutar de la profundidad de tus pupilas dilatadas, patrocinadas por aquel whisky sazonado por algún antidepresivo.
Se nos sale la vergüenza de los bolsillos. Se pierde mi paciencia en tu piel.
Ya veo porque todos los que se enamoran de la madrugada terminan viviendo sin ella, muriendo por ella, luego de vivir por ella, muriendo en ella. Enamorarse de la madrugada es regalarse una gastritis emocional.
Al final el amanecer nos da un buen abrazo y nos calienta un poquito. ¿Pero qué sería de nosotros sin estas dudas insomnes? ¿Sin estas ganas de llenar el vacío que anda decorando nuestras camas?
Por eso seguimos disfrutando la noche e ignoramos el cariño fiel y respetuoso que nos brinda el día. Nos desviamos de la eternidad para consumirnos en pequeños instantes de embriaguez pasional. Nos cogemos con la madrugada para escondernos en la eternidad de nuestros suspiros.
Sale el sol y nos escondemos de él. Dormimos par de horas para luego despertar con la resaca besándonos el cuello y el trasnoche escondido en tu vientre. Despertar y no saber si debemos darnos un trago o cepillarnos los dientes.
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5.17.2013

Oda a la falta de equilibrio.

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I'm on the outside looking inside
What do I see
Much confusion, disillusion
All around me.
King Crimson

Creo que todo era mejor antes de dirigirle la palabra aquel día. Hace un tiempo que ella había dejado de ser una extraña para mí. Ya conocía el brillo de su piel, y como el sol se recostaba sobre ella para poder descansar. Conocía su mirada perdida.

En mi favor debo decir que siempre fui cuidadoso en aquello de disfrutarla a distancia. Siempre me contenía a la hora de tener ganas de ella. Me hacía una paja y resuelto, me censuraba, me volvía una persona de bien moral, por unos segundos.

Ahora todo es confuso, ahora todo es una paranoia incesante, intensa. Y no es que siento que me persiguen: Es que siento que el vacío se va haciendo más grande, y que en algún momento me encontraré extrañando algo de lo que quizá hubiese ocurrido. Una paranoia mutante, auto diagnosticada por mi angustia y mi incomprensible predisposición a fallar.

Ahora siento el eco de aquel vacío en mis ojos.

Y es irónico como has vuelto a ser una extraña luego de conocerte. De pronto tengo todos los sentidos analizando cosas sobre ti. Antes sólo tenía la vista fija en ti. Ahora tengo un olor, una textura, tengo una voz rondando en mis sueños. Ahora tengo todo un desorden hormonal, totalmente ajeno, jugando con mis sentidos.

Ya no existe el dulce momento en que me recuesto de la pared y disfruto de ella mientras tomo vino y escucho canciones de King Crimson.

Desde ese día me han nacido intenciones, malas, buenas, intenciones, ganas, deseos de hurgar debajo de su falda. A mi equilibrio le han salido alas y ha volado muy lejos de mí.
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5.04.2013

Una nalgada que nos salve la vida.

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"El culo es la cara del sexo del alma."
Charles Bukowski

Una nalgada que de esperanza a los indigentes de Wall Street y Union Square, una nalgada en memoria de los suicidas del metro.

A ella le gustaba su terapia de nalgadas. Le gustaba que la acostase en mis piernas, con el culo en mis muslos y le diera bofetadas en sus cachetes traseros. A mí me encantaba la manera en que se entregaba, era como sumisa, pero sumisa porque le daba su gana. No tengan dudas que al final era yo el que me sometía
.
Una nalgada que de esperanza, un dedo en tu vagina por la salud de mis reflejos de jicotea.

Y de pronto me veo descubriendo el color rosa, el feto esencial del rojo carne, del rojo sangre, del rojo libertad, de alivio. El mismo rosa que sugiere la presencia de mis malas intenciones. Una nalgada y un gemido. Otra nalgada, más duro, un grito, una patada.

Una nalgada por la paz mundial, una nalgada que nos libre de todo mal.

Ella no es muy fanática del sexo anal pero a veces le gusta, que por accidente, mientras aprieto uno de los buches de su nalga, que le meta un poco uno de los dedos por el culo. Y es fascinante ver como se contrae, y aprieta las nalgas. Es hermoso ver como mi dedo, mojado de su propio fluido vaginal, entra en su culo. Son dulces notas de acordeón recién estrenado. Un dedo dentro y le halo el pelo, disfruto de su sonrisa.

Una nalgada que nos saque de quicio y nos vuelva a meter en nosotros, una nalgada que nos salve de los zombies.

Y ocurre muchas veces que me creo el actor principal de uno de estos videos porno y la intensidad de mis nalgadas crece, me crece todo, el ego, el güevo, me crecen las ganas.  Me crece el ego y me tapa el oído, me crece el ego y no escucho  esos “Coñazos” que ella escupe.

Estoy sordo y más luego de que sentí un codo sembrándose en mis costillas. Le suelto el pelo, me río, me dice “Tu maldita madre; vamos a la cama, que ahora  quiero venirme contigo”. 
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