Azul y luminosa,
y los duendes verdes follándole las ideas a las pitufas,
y mi credo sin la idea de creerte,
más la ausencia del azul de mis ideas, más tus añoranzas.
Luminosa y la sombra detrás de tu sombra,
de tu silencio causante de dudas,
aún siendo desnudo y coqueto.
Azul y las jugarretas de mi orgullo,
que mis cafés en la madrugada y mi torpe
deseo de que fueras egoísta y no simplemente
parte de mis pérdidas.
Y luminosos los labios tras
tu cruz de piernas,
señal de transito disfrazada, inadvertida,
tan inconclusa y contradicente.
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Letras: Fernando Peralta.
Fotografia: Hector Osvaldo Carbuccia. ( http://www.flickr.com/phot