Para Chuck Palahniuk, Michele Brivio, Gibrán Abreu, Ignaura Tejeda y Román Lopez.
El sitio donde estamos ahora, unas ruinas a oscuras, y lo que construimos, podrían ser cualquier cosa.
Ya las cosas no son como hace trece años , Ernesto. La vida ya tiene necesidades, nos ha llegado la hora en que empieza a complicarse, porque eso es ella, una mezcla de complicaciones, necesidades, deseos y quejas. Es una mierda para el que conoce lo que en realidad significa estar vivo, al menos así diría Michele.
No sé si recuerdas a Lucía, bueno, quzás no recuerdas su cara pero si te acuerdas de su culo y hablo de su culo por que los gluteos, para hablar menos burdo, tienen una capacidad sorprendente para despertar la memoria fotógrafica que, probablemente, no tienes. Tienen tacto visual, se mezclan con cualquier recuerdo importante en ti para que nunca los olvides. Algo como: "Me acuerdo aquella vez que el profesor Martínez nos dejó diez horas sin comer en el aula, también recuerdo el culo de Lucía al entrar al salón". La memoria fotográfica del hombre moderno es no olvidar unas buenas nalgas.
Pero a lo mejor su culo no era solamente carne, nervios y sangre, quizás era algo más que un simple pan de hamburguesas, o tal vez algo más que diversión para llevar.
Puede ser que el culo de Lucía sea una historia de amor de tiempos antigüos, una batalla campal entre dos reinos que desean dominar un castillo sin dueño. De estos cuentos que tienen dragones y varias princesas, muchos muertos y heridos, es posible que el culo de Lucía sea una simple princesa que deseaba ser rescatada.
Es probable que el culo de Lucía sea más que un polvo, que es una excusa para declarar guerras en el mundo moderno. Quizás, en algún país, el culo de Lucía es Dios, creador de todo. Puede ser que el culo de Lucía, o Lucía en éste caso, sea la madre de todos, que debemos respetarle y temerle.
Quizás el culo de Lucía son dos estrellas que al chocar, en vez de explotar y terminar siendo millones de estrellas, lo que hicieron fue unirse en un planeta que tiene riquezas en fauna y flora, me imagino sus ríos caudalosos en tiempos de lluvia, sus tetas como un pico virgen que nadie ha escalado.
Puede ser que el Culo de Lucía fuese una idea con gran futuro, una muestra de que la vida es un sin sentido que se pierde en los que tienen raciocinio... - A lo que Ernesto me interrumpre-
- ¡Cállate Dylan! No hables tantos disparates, al final, simplemente, se lo queriamos meter y nada más.
- Tienes razón amigo, en aquellos tiempos teníamos la suerte de ser simples y sólo querer metérselo.
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