Ay de París
si se pierde
en nosotros
y no nosotros
en él.
En sus jardines
escaleras
o balcones
en la oscuridad
las sombras
en Dylan y Sabina
con sus escobas
como los cojos
los torpes
y sus canciones
de copa rota.
Ay de París
si se pierde
en nosotros
y no nosotros
en él.
En su cruda
verdad
en el desamor,
en el whisky
perdido
en los labios
de las damas
que en verdad
prefieren
el dulce sabor
de un buen merlot.
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