11.17.2011
Versos a Max Samid.
Y esa carita que me descojona,
me hace menos hombre
menos caníbal, me hace padre,
cargado de orgullo, de sueños
de playas contigo, de una Europa
que no podré vivir sin ti.
Tu risa y tu lenguaje desconocido
se han convertido en ese laberinto
mágico en el que descansa la madrugada,
en la que descansa mi afán diario,
mi estrés de astronauta sin espacio.
Y guardas en tus puños una esperanza,
la esperanza que no existía, las tuyas
tu crecimiento, tu desarrollo en un mundo
que se pierde y que ahora encuentro en ti.
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