Sin título ni dueño.

Tocar cada punto que tocas para luego marcharme entre los postes de electricidad, ser ese rayo de luz que te cega la mirada, que no te deja ver pero te observa, juega contigo y te desnuda. Mirarte al recoger las manzanas en el supermercado, tomarte de manos al subir al autobús, elegir a cual nivel vas dentro de el elevador, ser tu guia y tu perdida, tu bufón sin disfraz que se burla de como caminas, el guion que prefieren los amantes del drama y la ciencia ficción.

Ser las burbujas en los parques y en los circos, en la bañera, en tu saliba.