¿Son los presidentes y los funcionarios el problema?

El 20 de Mayo del 2012 son las elecciones en mi país de origen, la República Dominicana. Al igual que la mayoría de los países son dos partidos mayoritarios los cuales están en la lucha por la presidencia. De parte del Partido de la Liberación Dominicana está el Lic. Danilo Medina y por parte del Partido de la Revolución Dominicana el ex-presidente Ing. Hipólito Mejía. Danilo Medina nunca ha sido presidente del país pero ya el Ex Presidente Mejía es famoso por sus payasadas y del mal manejo del país en su gestión. Existen otros candidatos minoritarios, como Guillermo Moreno (el más popular dentro de las minorías) y Eduardo Estrella.

Durante los últimos meses se ha criticado muy fuerte el  hecho de que dos partidos sean los únicos que se han disputado las presidenciales durante los últimos 18 años, que ya el país está en un ciclo bi-político, que la corrupción ya ha cagado las instituciones del estado y que es hora de una partida fresca, con nuevas caras en nuestro gobierno, ideas frescas, etc.

Recuerdo muy bien mis clases de historia y sé muy bien de donde viene un Partido como el de la Liberación Dominicana, sé muy bien, y la historia es testigo, como nació de la nada el Partido de la Revolución Dominicana. Todo el mundo es testigo de como personas, como el que ahora es nuestro presidente, vino a  poner en alto lo que era un Partido que nacía de las cenizas que habían dejado los ideales de Bosch, de su gobierno derrocado y vencido.

También mis ojos han leído como desde el inicio de la República hemos vivido debajo de gobiernos caudillistas. De ahora me toca a mí el puesto y luego a ti. La misma lucha, la misma sangre de gente inocente, la misma pérdida de tiempo. Y viendo eso crecieron antiguas generaciones políticas y de ciudadanos normales: Viendo el gobierno como una matica donde cualquiera se puede subir y tomar todos sus frutos  sin darle importancia a los demás. Viendo como cualquiera que tenga un interés de hacerse de riquezas en conjunto con otros toman y arman lo que sea para agarrarse de un partido y lanzar una campaña política que va darle el poder necesario dentro del estado para lograr lo que quieren.

Pero también mis ojos, los que algún día se comerán los gusanos, han visto que no son los presidentes o las grandes sanguijuelas los que nos tienen jodidos. Mis ojos han visitado oficinas públicas y he visto como, sin necesidad, las personas se toman provecho de lo que sea para hacer un dinero extra y desviar las reglas que nuestro estado nos pone. He visto cómo se ignoran impuestos y el dinero que debe ir a las riquezas del estado van directamente al bolsillo de alguien “que se la busca” con un letrerito que dice: Ayuda al contribuyente.

He andado por muchas calles del país y he visto cómo se violan leyes de tránsito, sin razón, sin motivo alguno, sólo porque sí.  Y no es el presidente el que lo hace, no es un funcionario público, no es una persona que no fue a la escuela. Lo hacen las mismas personas que se quejan de que la luz se va, que le dicen ladrón a su presidente.  Los mismos que protestan en las calles pidiendo mejoría para los que lo necesitan.

He visto como personas saquean casas de los demás sólo para juntar para un pote de ron. He visto como policías atracan a mano armada para ir a un burdel  a gastar esos chelitos con algún cuero barato.

Y sé que me van a decir que eso se resuelve invirtiendo en educación, que es falta de moral y ética lo que provoca que los ciudadanos caigan en tan mal camino. Muchos dirán que quizás es porque no buscan lo suficiente de Dios siendo los países más religiosos los cuales tienen más criminalidad per cápita.  

He visto grandes dominicanos, estudiados en colegios caros, en universidades  prestigiosas del país, quizás en otros con mejor educación, y son los mismos chapuceros que viven metiendo la pata con las leyes del país. Y así pasa en todos los países del mundo. Así se cría el mundo, aprendiendo de lo que ve y buscando el “profit” de la forma más fácil que parezca.

Así que por favor, cuando usted termine su pataleta y su chiquishow del día, tome un minuto y piense que ha aportado a su sociedad. Piensa y mire en usted mismo si ha hecho bien o mal y luego fíjese en lo que hacen los demás por usted, incluyendo el estado y sus funcionarios. Piénselo antes de armar la próxima movilización ciudadana que lo único que hace es disparar las ventas de camisetas de colores molestosos y que luego se olvidan. Luego pregúntese usted mismo:

¿Son los presidentes y los funcionarios el problema? ¿O somos nosotros mismos? Dense cuenta que nosotros acabamos nuestras propias reglas atento al “si todos lo hacen yo también lo haré.”

Somos nuestros principales funcionarios.